miércoles, 5 de diciembre de 2012
JACK EL DESTRIPADOR
Jack el Destripador (Jack the Ripper en inglés) es el más conocido de los alias que se le dieron a un asesino en serie no identificado que cometió varios crímenes en 1888, principalmente en el distrito de Whitechapel, en Londres así como en las áreas empobrecidas de los alrededores. El citado apodo se originó de una carta escrita por alguien que se adjudicaba los asesinatos bajo este alias, y como resultado de su difusión por los medios de comunicación, dicho nombre pasó a ser conocido por la sociedad en general. A pesar de ello, varias fuentes consideran que el aludido documento se trató realmente de una broma de mal gusto elaborada por algún periodista, en un intento de aumentar el interés en la historia y, al mismo tiempo tal vez armar un escándalo.
Otros alias con los que también es conocido el homicida son «El asesino de Whitechapel» y «Mandil de cuero»,además de «Genio independiente», este último acuñado en una carta escrita por George Bernard Shaw. Con frecuencia, Jack el Destripador es descrito como un asesino inteligente, eficaz, burlón, astuto, frío y obsesionado por el asesinato.Los ataques que se le atribuyeron involucraban a mujeres prostitutas de barrios pobres y tenían un modus operandi distintivo, que consistía en estrangulación, degollamiento y mutilación abdominal.La extracción de los órganos internos de al menos tres de las víctimas llevó a pensar que el asesino tenía conocimientos anatómicos o quirúrgicos.9 Por otra parte, los rumores de que los asesinatos estaban relacionados entre sí se intensificaron entre septiembre y octubre de 1888, período en el que apareció una gran cantidad de misivas escritas por uno o varios sujetos anónimos, enviadas a Scotland Yard y los medios.Uno de los textos, recibido por George Lusk del Comité de Vigilancia de Whitechapel, incluía medio riñón humano preservado,supuestamente de una de las víctimas.Debido al carácter extraordinariamente brutal de los asesinatos y el enfoque que los medios de comunicación les dieron a los mismos, el público creyó que en verdad se trataba de un único asesino: Jack el Destripador.
La amplia cobertura que la prensa le otorgó a dichos eventos provocó que alcanzaran notoriedad a nivel internacional. Una investigación sobre los asesinatos en Whitechapel cometidos hasta 1891 no pudo resolver con certeza si todos los crímenes se conectaban con los asesinatos en 1888; para entonces, la leyenda de Jack el Destripador comenzaba a solidificarse. Debido a que los homicidios jamás fueron resueltos, las leyendas en torno a ellos se convirtieron en una combinación de investigación histórica genuina, folclórica, y pseudohistórica. Desde entonces, se tiene constancia de más de un centenar de teorías sobre la identidad del Destripador, mientras que los acontecimientos han influido en múltiples obras de ficción literarias, cinematográficas y artísticas.
Contexto histórico
A mediados del siglo XIX, Inglaterra experimentó una gran afluencia de inmigrantes irlandeses, lo que sobrepobló las principales ciudades inglesas, incluyendo el East End de Londres. A partir de 1882, algunos refugiados judíos del este de Europa y de la Rusia imperial se alojaron también en esta zona.En la parroquia de Whitechapel, en el East End, se comenzaron a sentir los estragos del exceso de población, lo cual provocó un decaimiento en las condiciones de trabajo y vivienda, así como el significativo desarrollo de una subclase económica, «lánguida y perezosa, sin trabajo, sin formación laboral y sin futuro». De igual manera, los robos, la violencia y la dependencia del alcohol se convirtieron en asuntos de naturaleza habitual para sus habitantes, mientras que la pobreza endémica encaminó a muchas mujeres a recurrir a la prostitución como último recurso para subsistir. En octubre de 1888, la Policía Metropolitana de Londres estimó que había un total de 1200 prostitutas y 62 burdeles en Whitechapel.
Los problemas económicos estuvieron acompañados de un constante incremento en las tensiones sociales. Entre 1886 y 1889, manifestaciones frecuentes, como la del 13 de noviembre de 1887 (fecha históricamente conocida como Domingo Sangriento), incitaron a la intervención policial y al clima de descontento urbano. El racismo, la delincuencia, los disturbios colectivos y la auténtica pobreza alimentaron las percepción pública de que Whitechapel era una «madriguera» de inmoralidad.En 1888, dichas ideas se fortalecieron cuando una serie de grotescos y depravados homicidios, atribuidos a un tal «Jack el Destripador», recibieron una cobertura sin precedentes en los medios de comunicación. Esta afirmación fue realizada por Charles Arbuthnott luego de haber realizado una descripción del asesino, cuyos documentos se establecieron como desaparecidos un año después.
Asesinatos
El gran número de asaltos contra mujeres en el East End durante esta época añade incertidumbre al número de víctimas asesinadas por el mismo individuo.Once homicidios aislados, ocurridos entre el 3 de abril de 1888 y el 13 de febrero de 1891, se incluyeron en una investigación llevada a cabo por la Policía Metropolitana de Londres, agrupándose bajo la denominación de «asesinatos en Whitechapel».Las opiniones varían en cuanto a si dichos homicidios debieran ser atribuidos a la misma persona o no, sin embargo cinco de los once delitos (conocidos como «los cinco canónicos») son asociados directamente al Destripador.
La mayoría de los expertos señala los cortes de garganta, la mutilación abdominal y genital, la extracción de órganos internos y las lesiones faciales progresivas como rasgos distintivos del modus operandi de Jack el Destripador.
Debido a que los primeros dos casos en el expediente (cuyas víctimas fueron Emma Elizabeth Smith y Martha Tabram) no coinciden con este patrón, no se consideran como canónicos. Smith fue asaltada sexualmente en la calle Osborn, Whitechapel, el 3 de abril de 1888; en su vagina se encontró insertado un objeto obtuso que le perforó el peritoneo, a causa de esto desarrolló peritonitis y murió al día siguiente en el London Hospital. Antes de su deceso, reveló que había sido atacada por dos o tres hombres, uno de los cuales era un adolescente.
El suceso fue vinculado con los siguientes asesinatos por la prensa, pero la mayoría de los expertos concluye que es posible que se tratara de violencia de pandillas, no relacionada con el llamado Destripador de Londres. Por otra parte, Tabram fue asesinada el 7 de agosto de ese mismo año, su cuerpo había sufrido 39 puñaladas. La crueldad del homicida, la falta de un motivo lógico, la proximidad de las ubicaciones (George Yard, Whitechapel) y la fecha de los asesinatos posteriormente atribuidos al Destripador, llevaron a los cuerpos policíacos a establecer una conexión entre estos acontecimientos.No obstante, el ataque difiere de los canónicos en que Tabram fue apuñalada en la garganta y abdomen, sin involucrar cortes de ningún tipo. Muchos expertos contemporáneos coinciden en que éste caso no se relaciona con los crímenes cometidos posteriormente, debido principalmente a la diferencia en las características de las heridas. Uno de los primeros rumores que se suscitó fue que los asesinatos eran cometidos por el aclamado actor estadounidense Richard Mansfield, que en ese momento se encontraba protagonizando el papel del Doctor Jekyll en la obra El extraño caso del doctor Jekyll y míster Hyde.
Otras conjeturas llevaron al arresto del limpiabotas John Pizer, un judío polaco que tenía un historial delictivo que no le favorecía hasta ese momento (poco antes del primer asesinato, fue acusado de atacar a una prostituta de forma indecente), pero que al final salió airoso de sus acusaciones. De manera parecida, otros sospechosos fueron liberados tras comprobarse su inocencia en torno al caso, lo cual finalmente hizo que el cuerpo policíaco quedara ridiculizado ante su incapacidad de hallar al verdadero culpable de las muertes
Perfil criminal
A finales de octubre, Robert Anderson pidió al médico de la policía, Thomas Bond, su opinión sobre las habilidades y conocimientos quirúrgicos del asesino.La opinión ofrecida por Bond sobre el personaje conocido como el «asesino de Whitechapel» es considerada como el primer perfil criminal de la historia que aún se conserva.La evaluación del médico se basó en su propio examen de la víctima más mutilada. Bond se opuso totalmente a la idea de que el asesino poseía cualquier tipo de conocimiento científico o anatómico, o incluso «los conocimientos técnicos de un carnicero o matarife».
En su opinión, el asesino debía tener hábitos de un hombre solitario, sujeto a «ataques periódicos de manía homicida o erótica» y el cáracter de las mutilaciones era un probable indicador de «hipersexualidad».Además, consideró: «el impulso homicida podía haberse desarrollado a partir de un sentimiento de venganza o de una condición mental melancólica, o la manía religiosa pudo haber sido la enfermedad original, pero no creo que alguna de éstas [hipótesis] sea la correcta».
Si bien no hay evidencia de ninguna actividad sexual con ninguna de las víctimas,algunos psicólogos suponen que la penetración de las víctimas con un cuchillo y «la exhibición de los cadáveres en posiciones sexualmente degradantes con las heridas expuestas» indican que el autor obtenía placer sexual con los ataques.
No obstante, esta opinión es cuestionada por otros, que descartan estas hipótesis afirmando que en realidad se trata de una serie de suposiciones inverificables. Las comparaciones del Destripador con la motivación y los actos de los asesinos en serie contemporáneos, han llevado a sugerir que el primero pudo haber sido un loco esquizofrénico, como Peter Sutcliffe el «destripador de Yorkshire», que decía oír voces, dándole instrucciones para atacar a prostitutas.
Sospechas
La concentración de los asesinatos en los fines de semana y la ubicación a unas pocas calles de diferencia uno de otro, ha hecho que muchos concluyan que el Destripador era una empleado que trabajaba durante la semana y vivía en la misma localidad. Otros piensan que se trataba de un hombre de clase alta educado, posiblemente un doctor o un carnicero (ya que se pensó que el asesino tenía experiencia quirúrgica y anatómica, basándose en el grado de las mutilaciones y en el hecho de que el útero de Champman hubiera sido extraído), que se acomodó en el área de Whitechapel buscando una zona más adecuada para llevar a cabo sus crímenes;esas nociones se basan en las percepciones culturales, como el miedo a la profesión médica, la desconfianza de la ciencia moderna o la explotación de los pobres por los ricos.
Incluso, algunos lo calificaban de «habilidoso» y otros simplemente opinaban lo contrario. El escritor Stephen Knight propuso una elaborada teoría de conspiración masónica donde interviene la clase alta y un médico en su libro publicado en 1976 Jack the Ripper: The Final Solution, no obstante muchos autores califican esta teoría como «una fantasía». Los sospechosos propuestos años después de los asesinatos, incluyen virtualmente a cualquiera remotamente relacionado con el caso en los documentos contemporáneos, así como muchos nombres famosos que nunca fueron considerados en la investigación policial original. Debido a que todas las personas de esa época se encuentran muertas, los autores modernos han sido libres de acusar a cualquiera, sin «requerir de evidencia histórica alguna».
En 1894, Sir Meville Macnaghten redactó un memorándum en el que nombró a tres personas que a él le parecían sospechosos (hoy en día, estas acusaciones son catalogadas como evidencia circunstancial):123 Montague John Druitt, Michael Ostrog y Aaron Kosminski. En opinión de Begg: Creo que a Ostrog se le puede tachar sin problemas. Era un hombre mucho mayor. Era un estafador y un ladronzuelo y es muy posible que en la época de los asesinatos se encontrase en Francia. A pesar de las muchas y variadas teorías sobre la identidad y la profesión de Jack el Destripador, las autoridades no están de acuerdo en una única solución y el número de sospechosos identificados llega a más del centenar.
Según un estudio realizado para el documental «Jack el destripador en América», emitido por Discovery Channel, el homicida viajó hacia los Estados Unidos y habría cometido varios asesinatos en el país. El resultado de la investigación concluye que Jack el Destripador se llamaba James Kelly, un asesino psicótico que escapó del asilo psiquiátrico de Broadmoor en Inglaterra y que había viajado, luego del cese de los asesinatos en ese país, hacia Estados Unidos. Señala en apoyo de su versión que un tiempo antes del asesinato de una prostituta en ese país, el cual habría tenido las mismas características que las de los homicidios ocurridos en Londres, una carta enviada a la policía de Nueva York y firmada por quien dijo ser Jack el Destripador, avisaba que habría más asesinatos. James Kelly luego regresó al hospital psiquiátrico ya envejecido y dijo haber luchado «contra el mal» durante toda su vida y admitió haber viajado hacia Estados Unidos.
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