PUNTUACIÓN
Quien domina la puntuación ya ha recorrido un trecho importante del camino de la buena redacción.
Pensar que los signos de puntuación son decorativos o caprichos de gramática, elementos de importancia secundaria, irrelevante para el mensaje, es abrirle la puerta a la anarquía, la pobreza y la oscuridad en el mensaje que se pretende expresar. No se puede escribir “correctamente” sin utilizar correctamente los signos de puntuación ya que son la médula de la comunicación precisa y eficaz. Los signos de puntuación más comunes son: el punto, la coma, el punto y coma, los dos puntos, los puntos suspensivos, los signos de interrogación y exclamación, los guiones y paréntesis, y las comillas; todos son igual de importantes por el papel que desempeñan en un texto, pero los de uso más común y con los que existe mayor problema para su uso correcto son la coma y el punto y coma.
EL PUNTO
Por razones difíciles de precisar, hay quienes prefieren usar una coma en una oración tras otra, sin ponerse a reflexionar en dónde termina una idea y en qué momento inicia la que sigue.
La única manera de unir dos oraciones en una sola proposición es mediante la coordinación o la subordinación.
Hoy bajó la bolsa de valores, la situación del país está cada vez más tensa.
Se le puede poner punto y coma (;), dos puntos (:) o algún nexo.
De no ser así, debió usarse un punto simple.
Usamos el punto porque cada oración posee una estructura cuyos elementos se relacionan entre sí de manera clara. Ahora, basta comprender que no debemos dejar una coma entre dos oraciones que no se correlacionan, que no son seriadas y en donde no existe una relación de subordinación.
LOS DIEZ USOS DE LA COMA
1. Entre palabras, frases u oraciones en serie (obligatoria).
Compré tequila, mezcal, vino, cerveza.
2. Para separar una inversión sintáctica del resto de la oración (discrecional).
Con mucho gusto, el borracho tragó el fuego.
3. Para separar un elemento en vocativo del resto de la oración (Obligatoria).
Víctor, entrégame ese examen.
Entrégame, víctor, ese examen.
Entrégame ese examen, Víctor.
4. Para separar una frase u oración parentética (incidental) del resto de la oración (obligatoria).
Cuando llegue tu padre, espero que con bien, avísale que salí de compras.
Tú madre, Dios la bendiga, ha enloquecido.
Jorge Luis Borges, una de las figuras mayores de la literatura, sólo leía lo que le daba placer.
5. Antes o después de ciertas conjunciones, adverbios o locuciones adverbiales (discrecional).
Frases absolutas:
por fin, con todo, en lugar de, lejos de
Conjunciones y expresiones conjuntivas:
y, e, ni, sino, sino que, o, u, pero, mas
pues, así pues, por consiguiente,
por tanto, empero
Expresiones aclarativas o confirmativas:
Bien, o bien, es decir, es todo,
a saber, o sea
PUNTO Y COMA
Si las dos proposiciones que el escritor desea unir comparten estrechamente un mismo asunto, pueden formar parte de una sola gran proposición.
Las religiosas pretenden encontrar el sentido profundo de la existencia.
El hombre, cuando se aflige, casi siempre vuelve a la fe para encontrar aquello que le devuelva su razón de ser.
Las religiosas pretenden encontrar el sentido profundo de la existencia; el hombre, cuando se aflige, casi siempre vuelve a la fe para encontrar aquello que le devuelva su razón de ser.
• Para preparar oraciones en donde ya hay frases incidentales u oraciones subordinadas.
Algunos escritores participan de una secreta competencia, analizan cuidadosamente todo lo que escriben los demás y lanzan ataques relámpago en contra de sus contrincantes cuando piensan que pueden hacerles daño.
Algunos escritores, aunque no siempre se dan cuenta, participan de una secreta competencia; analizan cuidadosamente todo lo que escriben los demás, aunque se trate de simples notas periodísticas, y lanzan ataques relámpago en contra de sus contrincantes cuando piensan que pueden hacerles daño.
• Para separar oraciones que comparten el mismo verbo, cuando éste se ha suprimido después de la primera mención (elipsis).
Eugenio está en la cárcel por robo calificado. Jorge está en la cárcel por violación; Alejandro está en la cárcel por falsificación de cheques.
Eugenio está en la cárcel por robo calificado; Jorge, por violación; Alejandro, por falsificación de cheques
ACENTUACIÓN
Al analizar una palabra se puede observar que en ésta sobresalen dos tipos de sílabas: las denominadas tónicas; en las cuales se pone el acento gráfico, y otras llamadas átonas, en las cuales el acento solamente se pronuncia. De acuerdo con la acentuación, las palabras se dividen en agudas, graves, esdrújulas y sobreesdrújulas.
Palabras agudas: Son aquéllas que cargan su pronunciación en la última sílaba, y se acentúan si terminan en vocal o en n o s. Por ejemplo: anunció, azadón, jamás.
Palabras graves: Son las que se pronuncian con mayor fuerza en la penúltima sílaba, y se acentúan siempre que no terminen en vocal o en las consonantes n o s. Por ejemplo: fértil, estéril, Félix, carácter.
Palabras esdrújulas y sobreesdrújulas: Son las que cargan su pronunciación en la antepenúltima sílaba y antes de ésta, y se acentúan sin excepción. Por ejemplo: ácido, agronómico, nemátodo, enfáticamente.
Las anteriores son las reglas generales de acentuación, pero existen al menos 13 reglas complementarias para un uso correcto del acento ortográfico.
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